El mal tiempo oscurecio la romeria de San Froilan en Valdorria

El mal tiempo deslució en la edición de este año la romería de San Froilán de Valdorria celebrada en el día de ayer. La nieve caída la noche anterior, que cubrió gran parte de las montañas de la localidad que se encuentra situada a unos 1.300 metros de altitud, así como el frío invernal que durante toda la jornada reinó en esta zona de la montaña central hizo que muchos romeros y devotos de esta romería desistieran de acompañar al santo en el día de su festividad.

En esta edición y debido al mal estado de la campa donde habitualmente se celebra la misa de campaña, que estaba completamente encharcada de agua, tuvo que trasladarse hasta la pequeña iglesia de la localidad que se encontraba totalmente abarrotada de público. Esta romería, que cuenta con el aval de ser de interés provincial, en esta edición no presentó la tradicional rogativa al santo que durante años ha sido uno de los actos más atractivos de esta manifestación de admiración a San Froilán, siendo los políticos, investigadores y otros personajes influyentes de la cultura los que habitualmente pedían el bienestar y progreso para toda la comarca.

La procesión salió a las diez de la mañana de Valdepiélago hasta llegar a Nocedo de Curueño, siendo acompañada por los pendones de la Mata de la Bérbula, Nocedo y Valdepiélago y después de celebrarse la misa se representaron bailes tradicionales por toda la localidad a los que asistieron la mayoría de los alcaldes de la comarca.

San Froilán, nacido en una aldea de Lugo y que tras cumplir los 18 años quiso reencontrarse con Dios se trasladó hasta las montañas de Valdorria, siendo durante años un ermitaño en una de las cuevas del Valle de Valdecésar. Construyó a continuación, según recoge la historia, un monasterio y fue ayudado por un lobo, tras dar muerte éste al pollino que habitualmente le ayudaba a trasladar las piedras en unas alforjas.

Los abatares de sus andanzas podrían llenar un volumen desde que el Papa Clemente III dividiera el cuerpo del santo en el siglo IX, la mitad para el monasterio de Moreruela (Zamora) y la otra mitad para León. Posteriormente fue enviado a Asturias junto con los tesoros reales en la etapa de las invasiones de Almanzor de donde los cistercienses de Moreruela se lo llevaron clandestinamente.

El padre Risco cuenta en pleno siglo XVIII uno de los últimos milagros atribuidos a San Froilán, cuando en el año 1865 el último abad de este monasterio zamorano, hoy en ruinas, tras la exclaustración de los monjes entregó a la Catedral de León, un fémur del santo guarnecido en plata. Finalmente en el mes de marzo de 1998 los restos fueron trasladados al altar de la Catedral de León donde reposan en la actualidad.

Fuente: La Crónica de León