lunes, 30 de abril de 2007

Un año mas se repiten las cabezadas en Leon


Una milenaria controversia. Un secular debate: Foro u Oferta. Antes de llegar a la Colegiata, la Corporación partió en forma de ciudad de la sede del Ayuntamiento en Ordoño II ante las obras de San Marcelo. Más de una docena de pendones acompañó la comitiva, al son de clarinete y tambor, y escoltados por los maceros reales y la guardia de gala. El cirio y los hachones, bien custodiados, y pendón real en manos de la edil más joven. Teresa González.

Ya en la plaza de San Isidoro el concejal de mayor edad, Ángel Valencia, el secretario y el jefe de la Policía Local acudieron a buscar al abad, Francisco Rodríguez, quien salió al encuentro de la Corporación, se fundió en un abrazo con el alcalde y saludó a todos los ediles. Amilivia y él entraron del brazo al templo. acompañados por la comitiva y miembros de la Muy Ilustre y Real Cofradía del Pendón de San Isidoro.

En el claustro, a la izquierda los clérigos, a la derecha la corporación. El síndico municipal encargado este año de defender el carácter voluntario de la ofrenda fue el regidor, quien tomó el primer turno de palabra: «Traigo la voz del pueblo de León con la conciencia tranquila en esta milenaria controversia». Recordó que eran las últimas Cabezadas del mandato y subrayó la inminente conmemoración del 1.100 aniversario del Reino de León, cuya efeméride pidió celebrar como León merece.

«...No existe afán de polemizar con el Cabildo, esta es una ofrenda libre y voluntaria de un pueblo que también sabe soñar y hoy he soñado que es el fin de este pleito». El abad acusó al regidor de partir con ventaja en esta discusión y le recordó que la tribuna publicada en Diario de León sobre Las Cabezadas le adelantaba en la pugna.

Uno y otro aludieron a distintos milagros de San Isidoro para sustentar sus argumentos. Amilivia preguntó al abad si estaba dispuesto a someterse al juicio de Dios para contestar a la eterna cuestión: «¿Foro u Oferta?». Achacó a los clérigos su «obstinación y contumacia». Otra alusión a milagros del santo y hasta el remedio para el cambio climático a través de la acción de San Isidoro. «No están los tiempos para poner trabas a la fe, sean prudentes».

En un intento por tender la mano al entendimiento, Amilivia lanzó una propuesta: «¿Por qué no fundamos en la Colegiata un taller permanente de producción de cirios? Pueden comercializarse bajo el nombre de El Ciriario Legionensis» o «Cirios para la Curia». El abad -entre pasmado y resignado- replicó: «Utiliza un argumento muy peligroso, en la Casa de Espiritualidad tenemos balanzas de precisión y comprobamos que el cirio (ofrenda de León) no llegaba al peso convenido».

Defendió también el famoso vino milenario de San Isidoro tras las mofa anterior de Amilivia. «No está adulterado y mis argumentos son tan nobles como el vino de la cuba. Deponga su ofuscación y reconozca que este acto es un clarísimo cumpliento, un deber con la generosidad de nuestro patrono».

Ya en su último turno, el alcalde propuso la fórmula jurídica para gestionar el taller de cirios: un consorcio. Evocó de nuevo sus sueños, un brindis entre clérigos y munícipes. «Yo proponía en ese momento feliz la cesión de una parcela para que plantaran vides y crearan el 'vino de los milagros'». El abad tuvo su réplica clara: «Los sueños, sueños son. Se le ha colado un demonio peligroso» e insistió de nuevo en el carácter obligatorio de la ofrenda.

Debate en tablas. Entrega del cirio y los hachones, saludos entre ambas partes y misa. Después, la despedida con las Cabezadas de la Corporación frente a los clérigos.

Fuente; Diario de León

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