miércoles, 6 de junio de 2007

El gallo de San Isidoro sigue cantando


El conflicto judicial por el gallo de San Isidoro se aviva. La defensa jurídica del Ayuntamiento -es uno de los cuatro denunciados por un empleado municipal que se atribuye la propiedad intelectual de la veleta- entiende que la Junta otorgó la titularidad a este particular «partiendo del presupuesto falso de que el titular es el creador de la obra registrada», algo imposible puesto que la pieza colocada en la torre románica de la colegiata data, como mínimo, del siglo VII.

Partiendo de esta tesis, sólo podrían ser inscritas las obras originales fruto del ingenio de su autor. «Por tanto, la inscripción se encuentra viciada de nulidad», recoge el informe estudiado el pasado día 25 por la Comisión de Gobierno.

El particular que ha registrado la escultura de bronce que reproduce el gallo veleta acudió a la vía penal para que se aplique a los denunciados el artículo 270 del Código Penal, que contempla un castigo de entre seis meses y dos años de prisión y multas de 12 a 24 meses por plagiar, distribuir y comercializar, presuntamente, la escultura.

Los servicios jurídicos municipales también subrayan en su informe que el gallo que reproduce el Centro de los Oficios con fines institucionales tiene la debida autorización del Cabildo isidoriano y «no ha sido creado o inventado por el denunciante, sino que éste se ha limitado a reproducir uno ya existente» desde hace más de 14 siglos.

Otro de los argumentos que utiliza el Ayuntamiento es que sólo cabría tener la tutela jurídica cuando se busca defensa contra intromisiones en las obras que son fruto del propio intelecto, pero no para beneficiarse de las creaciones de terceros. «Y si la referida inscripción [en el registro de la propiedad intelectual] no se refiere a dicho gallo, sino a otro diferente diseñado por el denunciante, entonces lógicamente tampoco se le habría plagiado».

El informe concluye que no puede existir la figura de plagio, puesto que el Centro de los Oficios puede acreditar que ya venía haciendo las reproducciones de las que se le acusa con anterioridad a la fecha en la que el particular inscribió el gallo en el registro. El ex concejal de Educación y Cultura, Alejandro Valderas, recuerda que si la empresa que gestionó la recuperación del gallo no registró en su momento la propiedad intelectual de la figura, como se acordó, «se trata de un error».

Sin embargo, pese a defender la misma postura que los servicios jurídicos del Ayuntamiento, recuerda que ya advirtió hace tiempo que León sigue sin registrar su escudo ni su himno. «Espero que no ocurra lo mismo que con la marca del Auditorio de León, registrada por un particular», bromea.

Fuente: Diario de León

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