miércoles, 28 de marzo de 2007

Una cadena de hoteles asturianos pretende abrir el Parador de Pajares


El grupo Arcea Hoteles, de capital cien por cien asturiano, ha iniciado los trámites para reabrir el histórico parador del puerto de Pajares y desarrollar un ambicioso plan turístico ligado a la estación invernal de Valgrande. El proyecto ya está diseñado y ha recibido el visto bueno del Principado. Incluye la reforma y ampliación de las instalaciones, que son propiedad de Patrimonio del Estado, entidad que tiene la última palabra sobre su futuro.

Arcea es la primera cadena hotelera del oriente de la región y se encuentra en pleno período de expansión. Además del interés en el parador, estudia otras posibles inversiones en Asturias. La sociedad está presidida por José María Sordo y cuenta como consejeros con Felipe Sordo, Antón Puente y Jesús Torres.

El director general de Deportes, Daniel Gutiérrez Granda, que conoció el proyecto a través de la Cámara de Comercio, considera que se trata de una iniciativa empresarial «muy sólida y solvente», y que, además, «resultaría enormemente interesante para la mejora de la oferta hotelera en el entorno de Valgrande-Pajares». Granda ha facilitado a los empresarios todo tipo de información sobre los planes de su departamento para el complejo invernal. Incluyen, a medio plazo, una importante inversión para la ampliación del dominio esquiable y la construcción de un polideportivo y de un campo de fútbol de hierba artificial.

Los impulsores de la iniciativa están llevando todos los trámites con suma discreción, a la espera de que fructifiquen las negociaciones en marcha. Eso sí, tienen muy claro el modelo hotelero que pretenden desarrollar en el puerto de Pajares. Estará basado en la máxima calidad.

El parador de Pajares, construido por la Dirección General de Regiones Devastadas, abrió sus puertas en 1953. Tras unos primeros años de esplendor, entró en un período de crisis a finales de la década de los setenta que desembocó en un primer cierre en 1979. El complejo volvía a la actividad un par de años después, aunque no tardaría en recibir una herida de muerte. La Dirección General de Turismo lo excluía de la red nacional de paradores, decretando un nuevo cierre basado en la «pérdida de importancia turística derivada de la apertura de la autopista del Huerna», además de por su «obsolescencia y reiterados déficits de explotación».

El Principado logró en septiembre de 1985 que el Estado le cediera la titularidad de las instalaciones por un período de veinte años. El ya hotel, que no parador, pasó por diversos adjudicatarios, hasta que en 2004 cerró por última vez, después de que los últimos gestores considerasen que su gestión era deficitaria.

El plazo de cesión de las instalaciones al Principado concluyó en 2005, sin que el Gobierno autonómico negociase ampliación alguna. Desde entonces su titularidad depende directamente de Patrimonio del Estado, organismo con el que Arcea Hoteles tendrá que llegar a un acuerdo definitivo para poder hacerse cargo del que fuera todo un emblema del turismo asturiano.

Fuente: La Nueva España

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