martes, 31 de julio de 2007

La leyenda de un pueblo minero de Gordón

Haeda es una bruja buena que surgió de la imaginación de Josefina Díaz del Cuadro, una vecina de Ciñera de Gordón (León) que quiso que el pueblo minero que iba a ver nacer a su primera nieta tuviera una leyenda que contarle a la pequeña y al resto de niños de la localidad.

Para dotar a su personaje de un entorno adecuado y encajar las piezas de un puzzle en el que el carbón, principal fuente de riqueza de la zona, tuviesen un lugar protagonista, esta abuela primeriza recurrió al paraje natural más querido y admirado por propios y visitantes, el Faedo, un bosque de hayas elegido, además, como escenario para presentar oficialmente 'El carbón de Haeda', el cuento que nació como un regalo para una recién nacida que se ha convertido en la leyenda que no tenía Ciñera.

Por eso el Faedo ha sido el lugar elegido para que Josefina, rodeada de niños, lanzase esta tarde de domingo al viento los párrafos de una historia que comienza: «Cuando aún los hombres vivían al aire libre y los inviernos eran crudos y muy largos».

Haeda habitaba en el Faedo y optó por dedicar sus poderes sobrenaturales a ayudar a unos niños y librarles de un intenso frío provocado por una gran nevada que podía acabar con sus vidas. Para lograrlo, empleó todas sus fuerzas e incluso encontró la muerte hasta que consiguió llenar las montañas del valle de piedras que prendieran y dieran calor. «Desde entonces, ningún niño pasó frío por las noches. Haeda, que vela para que no nos falte nunca el carbón, así lo quiso», reza el cuento.

Los pueblos de alrededor de Ciñera de Gordón, explica Josefina, tenían tradiciones, costumbres o historias que transmitir de generación en generación. «En La Vid la del cuélebre, o la Torre del Castro que data del siglo X, la de San Lorenzo, Santa Lucía es uno de los asentamientos más antiguos de la comarca y parece ser que en el 500 y pico ya se tiene constancia de que existía la calle La Fardela, es un pueblo muy rico en música, con su Jota de la Rueda y Ciñera, como es un pueblo nuevo no tenía historias, ni leyendas», argumenta.

«Cuando nació mi primera nieta pensé que quería que mis niños tuvieran un pueblo con historia y con leyenda y como lo más emblemático de Ciñera es el Faedo, que es como una catedral natural para todos nosotros, algo mágico, yo quise vincular los orígenes del pueblo de Ciñera y el carbón al Faedo», reflexiona.

Fuente: Diario de León

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