martes, 11 de septiembre de 2007

En el castillo de ALBA se pretende crear un aula de interpretación

El Ayuntamiento de La Robla pretende crear un aula de interpretación del Castillo de Alba, que data de siglo IX, situado en la localidad de Llanos como muestra de identidad de esta zona, vestigio universal y salvaguardia del futuro cultural del municipio de La Robla; requisitos fundamentales para atestiguar, según fuentes municipales, «un pasado extenso, intenso e importante para el Reino de León».

Una de las ideas es la de aprovechar el edificio de las viejas escuelas, donde se podría albergar los datos de identidad más significativos y reveladores de lo que fue esta fortaleza. En estas instalaciones se expondrían planos, piezas extraídas de las diversas excavaciones arqueológicas, fotografías, historia y una maqueta que detallase su estructura. Por otra parte, se tiene presente dotar al inmueble de una zona ajardinada y en la que se podrían ubicar tanto la entrada visible del castillo como parte de la muralla. Las placas explicativas e iluminación mostrarían las zonas que aún hoy quedan del mismo.

Pero el escollo que se mantiene inviolable es la pasividad de la Junta de Castilla y León y, por ende, de Patrimonio. Lejos de apoyar esta iniciativa u otras similares, se han postrado al olvido. El alcalde de La Robla, Luis García Fernández, aseguró que enviará este proyecto al Gobierno autonómico con la intención de que «sea estudiado y nos puedan conceder ayudas. Creo que la historia, la cultura, este tipo de vestigios no debe ser excluido de ningún plan de conservación tal y como proponemos y que en suma no excedería de los 100.000 euros».

Dos cubos, una muralla de tres metros de espesor, un foso y los indicios de un torreón son la parte visible que se puede observar de esta fortaleza que necesita determinar su futuro. Más de siete años en los cajones de arqueólogos, políticos, ecologistas y ni una solución que acabe con el deterioro que está sufriendo. Ahora, corre más peligro que nunca ya que, antes de realizarse excavaciones arqueológicas, su protección era su sepultura en la montaña y en este momento se encuentra al descubierto con gran erosión por encontrarse en una zona elevada y por posibles hurtos.

Esta fortaleza militar fue construida por Alfonso III en el siglo IX. Era el último monarca Astur. La situación estratégica de la montaña de Alba fue el motivo de su construcción para la defensa de los ataques provenientes del sur o cuenca del Duero. Según los historiadores, pudo haber sido destruido en el siglo XII por el rey Alfonso VIII.

A partir del año 2002 se dieron pasos definitivos para poder realizar estudios más profundos. Se tuvieron en cuenta los datos de la arqueóloga María Luz González, que los realizó por encargo de la cementera Tudela Veguín. En meses posteriores se realizaron limpiezas del amurallamiento e identificaciones de los restos que se pudieron sacar a la luz gracias a la compañía cementera. Estos trabajos tuvieron un coste cercano a los 200.000 euros, cuantía muy superior al presupuesto que daría cabida a su protección en un edificio cerrado.

Lo cierto es que la zona donde se encuentran situados los vestigios de la fortaleza es el perímetro de actuaciones de la cantera 'El calero', que explota esta empresa para la extracción de piedra caliza. Sin embargo, el resultado real obtenido tras más de siete años es nulo de respuestas y acciones.

El historiador José Avelio Gutiérrez, en la obra 'Fortificaciones y Feudalismo', del año 1995, manifiesta que este castillo era un «sistema defensivo creado por Alfonso III, para controlar y organizar la meseta leonesa y el valle del Duero».

Estos restos aparecidos en el cerro montañés de Llanos de Alba a 1.361 metros fueron registrados por una carta arqueológica provincial de 1988 que los situaba en la citada atalaya en el Bufo y en una meseta que dista unos 750 metros del emplazamiento, redescubierto con motivo de los informes arqueológicos que la empresa 'Tudela Veguín' presentó más tarde para la ampliación de la cantera.

Las devastadoras campañas de Almanzor ponen en jaque a todos los estados cristianos. Pelayo de Oviedo en su crónica señaló que en la campaña del año 987 por tierras leonesas «arrasó León, Astorga, Coyanza y otras comarcas pero no pudo penetrar en las comunidades de Galicia, Asturias ni rendir los castillos de Luna o Alba».

El alcalde Luis García Fernández aseguró que la cementera «siempre ha estado de acuerdo en ayudarnos. Precisamos ayudas autonómicas y permisos para poder llevar a cabo el proyecto. Este año presentaremos la documentación necesaria para tratar de arrancar el proyecto que no es de La Robla o Llanos de Alba, sino de todos, porque es simplemente historia. Poner en valor estos vestigios creo que es una responsabilidad fuera de toda política», admitió el regidor.

Fuente: La Crónica de León

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