viernes, 23 de febrero de 2007

Los Zodiacos medievales de San Isidoro salen a la luz


El investigador y editor leonés Ricardo Puente acaba de sacar a la luz Zodiacos medievales de San Isidoro de León, un libro de pequeño formato pero de largo alcance, pues da cuenta de una serie de piezas que, a su juicio, son únicas en la Península y de un gran valor por su «excepcional rareza».

Asegura Puente que desde siempre se fijó en los signos del zodiaco que presiden la portada del Cordero de la Real Colegiata, siempre le habían llamado la atención, pero no fue hasta hace un año cuando concibió la idea de publicar en forma de libro todas sus investigaciones acerca de estas sugestivas placas pétreas. Comenta Ricardo Puente que se trata de unas figuras «prácticamente desconocidas» por el gran público, por lo que la fórmula idónea era diseñar un libro divulgativo para valorarlas en su justa medida y darlas a conocer.

Lo primero fue recopilar toda la información existente sobre el tema: «La documentación sobre este zodiaco es muy poco extensa—dice—, se ha escrito muy poco sobre él. Lo más completo que he encontrado está en francés aunque fue escrito por un español, Serafín Moralejo; es un texto muy técnico, muy duro de leer, en el que plantea sus propias teorías». Una vez hecho esto, el contenido se abre con una introducción general que versa «sobre los zodiacos medievales, su simbología y significados» para desembocar en una estructura «de libro sencillo —comenta— pensada para cualquier persona medianamente interesada en el tema: aquí encontrará una información suficientemente amplia».

De «extraordinariamente» valiosa califica Puente esta serie, afirmando, además, con toda rotundidad, que por sí sola «justifica un viaje a León». Además, hoy en día cobra un «atractivo especial» por la atracción y fascinación que estos símbolos ejercen en muchas personas. «No comparto esas creencias, pero sin duda es algo que está ahí», aclara el investigador.

Justifica este autor el gran valor de los objetos asegurando que los zodiacos medievales como elemento decorativo en edificios monumentales «son relativamente frecuentes más allá de los Pirineos, pero en el sur constituyen una verdadera rareza». En algunos otros sitios, como en algunos templos del norte palentino, afirma, «hay algunos símbolos sueltos, fragmentarios, muy rústicos o dudosos; así que éste, completo, es excepcional».

Su carácter de «rareza» viene dado, además, por el hecho de que, según cuenta el autor, «debían ser unos objetos muy valorados en su época, pues algunos se reconstruyeron o recompusieron», posiblemente a causa del deterioro de los anteriores. Y así, los hay de distintas épocas, informa. En cuanto a su conocimiento a nivel popular, comenta que tuvo este zodiaco «mala suerte» al caer «en un monumento que es una caja de sorpresas, todo un rompecabezas arquitectónico, con infinidad de piezas valiosas, algunas en el exilio como el Cristo de marfil»; por ello, «son más conocidos otros elementos como las pinturas del Panteón Real y el zodiaco ha quedado en segundo plano». Pero es que, como señala Puente, para poder poner en valor el patrimonio y disfrutar de él, «primero hay que conocerlo».

Fuente: Diario de León

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