martes, 20 de febrero de 2007

El Museo de San Marcos recupera la historia del monasterio


La sede histórica del Museo de León en San Marcos se abrirá la semana que viene en los tres espacios a los que quedó reducido en los años sesenta aunque renovadas: las llamadas sala del claustro, y sacristía; esta última es la más destacada, uno de los espacios más bellos e impactantes del monasterio, obra de Juan de Badajoz y ubicada estilísticamente en pleno Renacimiento.

El proyecto museográfico ha querido que cada una de estas estancias recupere la historia que se desarrolló en el edificio y conserve las propias obras que acogió. Es decir, el anejo se convertirá en un centro de interpretación del inmueble. Así, la sala 1 se denominará De lo que fue San Marcos , y contará la historia del monasterio y cómo y por qué se construyó, la sala 2 será De lo que tuvo San Marcos y explicará las piezas y tesoros que, a lo largo, de su vida, ha acogido, y la sala 3 se dedicará a Quienes estuvieron en San Marcos .

En esta estancia, el visitante conocerá los protagonistas que pasaron por o penaron en San Marcos. La función de cárcel y campo de concentración se dejará sentir desde el principio puesto que se creará un monolito que recuerde a los presos con la frase de uno de los más famosos: Francisco de Quevedo «...Vivo en conversación con los difuntos y escucho con los ojos a los muertos».

La llamada sacristía de San Marcos se divide en dos estancias gemelas: la sacristía, dedicada a la liturgia privada, y la postsacristía, que acogió los bienes muebles como cuadros, libros, reliquias y ropajes.

De entre las pinturas que se podrán ver en esta estancia destacan dos serie iconográficas: la de los retratos de caballeros de la Orden de Santiago y la de escenas del Génesis. Junto a estas series pictóricas, tienen cobijo en estas salas algunos despojos arquitectónicos de la ciudad: la sepultura de Juan Quiñones de Guzmán, esculturas retiradas de la Catedral, frisis y estatuas de la cárcel vieja, del Palacio de Don Gutierre o de Puerta Moneda.

La sacristía será, sin duda, una de las principales joyas del museo gracias a la obra de Juan de Badajoz. Para que luzca de manera sobria, se ha restaurado para convertirlo en la pieza principal del museo.

Está dedicado a un programa escultórico ambicioso y de espléndida ejecución cuyo objetivo es la exaltación de la Orden y a la vinculación de su Casa con el ideal del templo de Salomón. La fuerza ascensional de las complejas bóvedas con pinjantes y dorados conduce, a través de una elaborada teoría de personajes y textos bíblicos en las ménsulas, frisos y medallones de las paredes laterales, hacia el retablo en piedra que la preside, en el que puede verse un Santiago Matamoros culminado por un arriesgado óculo que comunica con la sala prostera.

La minuciosidad del ornato reserva sorpresas al espectador: cortejos, calaveras y bustos entremezclan la idea de la muerte, de la vanitas, con el poder divino para vencerla y el auxilio del santo guerrero titular del convento.

Fuente: Diario de León

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que pocos leoneses saben que la Orden de Santiago fue fundada por nobles leoneses, que es por lo que figura la imagen labrada en piedra sobre la entrada principal del edificio. Pero lo que nadie ha sabido explicarme es por qué se llama San Marcos... ¿Alguna idea?
Salud.