domingo, 30 de septiembre de 2007

El camino de Santiago no lo cura todo

Siempre se ha sospechado que hay que estar un poco loco para hacer el Camino de Santiago, o, al menos, estar hecho de una pasta especial para poder aguantar con estoicidad interminables caminatas y calamidades varias, propias de la vida errante, y sin otra recompensa a priori, que un fugaz encuentro con un sepulcro de dudoso contenido y alguna que otra picadura de chinche.

Lo que sí está confirmado, es que las emociones que desata en cada peregrino esta milenaria y kilométrica ruta, quedan gravadas en su espíritu hasta tal punto que algunos llegan a hacer del Camino un modo de vida y repiten la ruta cada año. Eso es pasión.

Sin embargo, a pesar de esa 'flipada' colectiva, el Camino de Santiago, cual 'sustancia' adictiva, no sienta a todos los cuerpos por igual. De hecho, según un estudio realizado por los doctores de Psiquiatría burgaleses Maite Álvarez y Jesús de la Gándara, se advierte que realizar el Camino podría ser una práctica incluso desaconsejable en pacientes con enfermedades mentales.

Personas con antecedentes psicóticos, de trastorno bipolar o tendentes a la depresión, que correrían un elevado riesgo de recaída si caminan a Santiago en peregrinación al conjurarse algunos factores clave: el cansancio, la convivencia estrecha con personas desconocidas, el desorden en los horarios y sobre todo, por el abandono de los tratamientos; ya que hay algunos pacientes que despistan sus tomas durante las etapa, y otros, ven la legendaria ruta como una camino de curación al estilo de los clásicos Santuario de Lourdes o Fátima y dejan de tomarla sin más.

El 'Síndrome del Camino' como así se hace llamar, sería pues un conjunto de «síntomas peculiares de trastornos psicóticos o emocionales agudos que, aunque pueden ser incluidos en algunas de las categorías oficiales, resultan especialmente interesantes por sus desencadenantes -el medio, el entorno en el que aparecen- y también por el tipo de personas que los presentan».

El psiquiatra De la Gándara, coautor del estudio, sostiene que «hay sobradas razones para defender una incontestable evidencia, nada estadística, sobre una especie de transformación mística, religiosa, espiritual, o simplemente humana, que sufren muchos peregrinos en el Camino de Santiago. Todos los que hemos interrogado nos lo aseguran, muchos incluso te lo relatan sin que se lo preguntes».

Los factores que pueden desencadenar esta metamorfosis mística pueden ir desde la falta de sueño -por lo de echar de menos la cama propia- a la convivencia con desconocidos -más divertida en la infancia- o las lesiones propias de tanto caminar y su tempo pausado. También parece influir la 'sobredosis' de belleza paisajística y patrimonial con la que se va topando el peregrino en su viaje e incluso las condiciones climatológicas. Un cúmulo de condiciones que podrían llegar a provocar hasta capítulos de ansiedad o alucinaciones sorpresivas en casos extremo).

En todo caso, el Camino de Santiago no contribuye a la enfermedad mental de las personas. Lo que los psiquiatras Jesús de la Gándara y Maite Álvarez, del servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Burgos defienden es que hay un número importante, no determinado, de caminantes que presentan «peculiaridades de la conducta de tipo emocional y patológico».

Sin embargo, desde el Hospital de León, instan a la cautela a la hora de hablar del 'Síndrome del Camino'. Dicen los expertos, que ruta y enfermedad mental «no se puede relacionar» y que cualquier actividad ajena a la rutina diaria de un enfermo «sea el Camino de Santiago o una acampada en el monte» puede desestabilizarle «por lo que la peregrinación es una circunstancia secundaria».

El psiquiatra del Hospital de León Luís Velilla Diez mantiene que, lejos de ser dañino, realizar el Camino de Santiago ha sido una experiencia satisfactoria a nivel psíquico para la gran mayoría de peregrinos. «El Camino no hace enfermar. Son personas enfermas de entrada, con la enfermedad latente predispuestas o pacientes ya estabilizados que, en muchos casos, dejan de tomar la medicación. Hay quien encuentra al Camino propiedades incluso esotéricas, piensan en una recuperación, dejan el tratamiento, unido a que el stress del Camino les pueda descompensar… No tengo constancia que en León haya habido casos de este tipo, los peregrinos llegan aquí con quemaduras, accidentes no al área de Psiquiatría».

En todo caso el doctor Velilla Diez mantiene que los resultados del informe de sus homólogos burgaleses, «son apreciaciones sin documentar».

Fuente: La Crónica de León

No hay comentarios: