miércoles, 3 de octubre de 2007

Violencia en las aulas en La Robla

El padre del menor de 14 años, que agredió el pasado jueves a una profesora en el Instituto Ramiro II de La Robla, José Luis Centeno, arremete contra el sindicato de profesionales de Secundaria Aspes, y critica duramente la denuncia realizada por los docentes en relación a la presunta agresión, así como el contenido del comunicado en el que la hacían pública, «porque no reproduce la realidad y sólo busca machacar a la familia del joven y tiene, además, un aprovechamiento político porque se acercan las elecciones».

El responsable del menor exige a la organización sindical una rectificación notoria de las declaraciones de sus portavoces, «porque son demenciales, ya que mi hijo es un niño igual que los demás y no saben el daño que le han causado por la trascendencia que ha adquirido el hecho en sí. Incluso ha querido ir a pedir perdón», reveló, no sin antes recordar que el joven estudia desde los cinco años en el colegio público de La Robla y «sólo ha tenido algún problema aislado derivado del síndrome de Prader Willy» que padece desde su nacimiento, una enfermedad congénita que puede ocasionar trastornos del comportamiento si no recibe el trato adecuado y que afecta, sólo, a una persona de quince mil.

En este sentido, Centeno culpa a la profesora, «que lleva dando clase cuatro días y le grita desde que han comenzado las mismas», de una falta de conocimiento de la enfermedad, y califica la actitud de la agredida de «mezquina y rastrera» al ir a denunciar «movida por intereses personales o, incluso, económicos». Además, el padre reconoce que su hijo ha salido hace veinte días de una operación cerebral a vida o muerte y que estas cosas tenían que haber estado presentes en el claustro del instituto.

De hecho, «el nivel intelectual del niño es muy alto, pero por la falta de recursos humanos y de métodos en la Dirección Provincial de Educación tiene que estudiar aquí o trasladarse al colegio Sagrado Corazón, lo cual sería un cambio muy pronunciado», manifestó, para acto seguido exigir un aula de integración como término medio entre los dos extremos.

Incluso, José Luis Centeno, aclara que los problemas de adaptación del niño se agudizan cuando se le grita y se siente frustrado y esto ha sucedido en el colegio, «desde el que le han tratado como un delincuente, sin saber que él se desvive por sus padres y por las personas que le rodean», finalizó.

«Las declaraciones de Aspes son demenciales, ya que mi hijo es un niño igual que los demás y no saben el daño que le han causado»

«La profesora lleva dando clase cuatro días y le grita desde que han comenzado las mismas»

«Le han tratado como un delincuente sin saber que el niño se desvive por sus padres»

Fuente: Diario de León

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