martes, 4 de septiembre de 2007

Los cortes de tráfico en el Torio cabrean a usuarios y vecinos

Una cosa es el tedio habitual del verano y la complacencia de ver impotentes los cambios climatológicos de estíos adversos como éste y otra muy distinta es obligar a los turistas –al desviar el tráfico por las obras en la LE-311 (León-Coyanzo)– a recorrer más de 12 kilómetros por una carretera de acceso alternativa y que se encuentra en mal estado como es el caso de La Vid-Vegacervera.

Pero si por el contrario se desea realizar un recorrido similar, los vecinos de Cármenes y los turistas de este municipio, pueden elegir un acceso complementario, la collada de Cármenes que se une a Villamanín. En este caso la situación es análoga ya que también se encuentra en un estado lamentable.

Sea cual sea la ruta elegida, miles de turistas deben circular estos meses por estos cinturones recomendados –evitando los cortes de circulación que en algunos casos han llegado a los 30 minutos– al haberse iniciado en plena época estival las obras de mejora de la carretera de Vegacervera y Cármenes. Como puede parecer evidente, el verano propicia este tipo de obras sobre todo en las cuencas altas de la montaña, pero resulta casi inadmisible la escasa información y los largos cortes de carretera.

En cuanto a las obras que se están ejecutando, se han utilizado fincas particulares cuyos muros se han derribado y tras su uso, han quedado derruidos, como ha ocurrido en la localidad de Cármenes.

El presupuesto de esta obra, que supera los 2,6 millones de euros servirán para mejorar el firme, eliminar curvas peligrosas y levantar varios puentes sobre el río Torío. Hasta ahí todo correcto de no ser porque al levantar parte del firme, trazar las nuevas urbanizaciones a lo largo de los pueblos afectados y los sucesivos desvíos y cortes de la LE-311, se ha conseguido hacer muy difícil la vida cotidiana a sus gentes.

En Vegacervera, un grupo de turistas narra sus vivencias en esta zona. Son ciclistas que ante el adverso clima de Asturias decidieron cambiar sus vacaciones por la benevolencia climatológica de León. Se han hospedado en el albergue de Valverdín y aseguran sobre la cuenca del Curueño, que «se encuentran mucho mejor sus carreteras con respecto al Torío. «No lo entendemos teniendo en cuenta que hay tan pocos kilómetros de diferencia. Más increíble nos parece después de haber visitado las Cuevas de Valporquero que nos han encantado» añaden. Estos ciclistas son de Valencia, se llaman Luis Cortes y Carlos Tudela. Tampoco ven coherente que en las Hoces no haya zonas de descanso, ni siquiera previsión para ello. «Vemos a León muy bien en cuanto a escenarios naturales pero mal de todo, infraestructuras, servicios o comunicaciones. Un poco dejado, la verdad», concluyen.

Pero este caso de contrariedades les surge también a dos escaladores que visitan las Hoces de Vegacervera. Son gallegos y sus nombres son José Antón y Esteban Paz. Señalan estar absortos ante la belleza de la comarca. «La vimos en internet y nos pareció bien para practicar escalada. Pero la verdad, nos esperábamos otras infraestructuras. Es un lujo tener esta montaña. Pero a su vez es paradójico verla tan poco aprovechada. En Galicia no estamos faltos de este tipo de comarcas pero esta es magnífica», destacan.

Este año los servicios de hostelería se verán afectados por estas obras. Aún así tendrán la paciencia para ver cumplidas las expectativas de verlas concluidas el próximo año. No obstante, las pérdidas de este época estival podrían ocasionar perjuicios graves a aquellos industriales que recientemente hayan montado sus negocios.

La Diputación de León, a pesar de contar con una de las joyas turísticas más sobresalientes de la provincia, como es el caso de las Cuevas de Valporquero, tampoco ha reaccionado a tiempo. Años de retraso para la mejora de una carretera que se ha ido ejecutando en fases y a la que aún le resta para su conclusión un kilómetro y medio así como un nuevo puente. No hay señalización, los turistas deben preguntar constantemente a los vecinos de los distintos pueblos para llegar a ellas; en resumen, se obvia las necesidades más recalcitrantes de una provincia rica en comarcas turísticas.

Finalmente, la Junta de Castilla y León, mantiene su lentitud y pasividad ante el reto de abrir al tráfico el puerto de Piedrafita que comunica León con Asturias. El Principado está interesado y ejecutará los kilómetros marcados bajo su jurisdicción pero el abandono institucional autonómico se cierne ante esta posibilidad retardando el progreso en esta cuenca alta del Torío. En definitiva, años de retraso que no articulan las comunicaciones y que aún llegando el proyecto del teleférico que unirá Vegacervera con las Cuevas de Valporquero, obligará a retrasar una vez más el desarrollo socio-económico de la cuenca.

El alcalde de Vegacervera, Luis Rodríguez, ve bien, como es evidente, la nueva carretera. «Llevamos años demandándola y gracias al plan Miner será una realidad. También es el mismo caso el relativo a la carretera La Vid-Vegacervera. La unión Asturias y León a través de Piedrafita, es aún un sueño. No quiero pensar los años que pasarán para que sea realidad un trazo que no excede de los 12 kilómetros».

El alcalde de Cármentes, Gonzalo González, también es pesimista ante esta obra. «Es una sensación de olvido, más que abandono. No, no creo que se ejecute. Es una pena, León no se merece todo esto», dice.

Pesimismos que no ven luz para llegar a un desarrollo. Cuencas rurales que piensan en el futuro pero sin apoyos. Una comarca que quiere sacar provecho de sus posibilidades turísticas pero lastrada por los escasos proyectos. El alto Torío se duerme y envejece.

Fuente: La Crónica de León

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