sábado, 29 de septiembre de 2007

300 personas se concentran en Ciñera contra la linea Lada-Velilla

Desde que se dio a conocer la posibilidad de llevar a cabo la construcción de una línea de alta tensión que unirá la localidad asturiana de Sama de Langreo y el municipio palentino de Velilla, atravesando el corredor del Bernesga, los vecinos de las localidades que recorrerá el tendido no han perdido la ocasión de exhibir su rechazo hacia esta obra.

Ayer tuvo lugar la última manifestación organizada hasta el momento como protesta ante un tendido que no ha pasado desapercibido para nadie y que muchos consideran no sólo innecesario, si no también perjudicial para el entorno de sus municipios. La concentración, convocada para las 12.00 horas del mediodía de ayer en Ciñera de Gordón reunió a unos 300 vecinos de los aproximadamente 19.500 que se calcula que se verán afectados por el tendido sólo en la provincia leonesa, lo que supone una participación de aproximadamente el 2%.

De los 13 ayuntamientos leoneses que atravesará el trazado de la línea eléctrica, el acto de protesta celebrado ayer contó con representación de Villamanín, Pola de Gordón y Matallana de Torío. Pese a que la fecha y la hora fijadas –un viernes, a mediodía y en plenas fiestas locales– no eran las más adecuadas, la concentración, que empezaba poco después de las 12.00 horas del mediodía y que se disolvía momentos más tarde, logró el apoyo de unos 300 vecinos.

La intención de este acto de protesta –en el que se llenó de pancartas la carpa instalada para las fiestas de la localidad, que arrancaban ayer– fue la de recordar la oposición de los vecinos al paso de la línea Sama-Velilla por su territorio. Francisco Castañón, alcalde de Pola de Gordón, pronunció un manifiesto en el que afirmaba que «el Alto Bernesga ha defendido el no a la línea de alta tensión y nunca querría esta infraestructura en ningún otro valle». Así, considera que la puesta en marcha del tendido eléctrico supondrá «asumir una cicatriz que partiría nuestro territorio en dos, como si de una frontera artificial se tratase y que no podría minimizarse de ninguna manera».

La proximidad de la línea eléctrica a las poblaciones ha hecho temer, además, que pueda verse perjudicada la salud de los vecinos, de los niños y los mayores que tienen su residencia en el corredor más habitado de la Montaña Central.

En el manifiesto se recordaba también, que decisiones de este tipo «provocan destrucción y despoblación. Destrucción porque quiebran un territorio y con ello toda su riqueza natural y despoblación porque la pérdida de riqueza natural y de calidad trae abandono de la población de un entorno que no ofrece ningún atractivo».

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