lunes, 23 de abril de 2007

Leon lucha por su autonomia propia


León acogió ayer la mayor manifestación leonesista que ha recorrido sus calles en las dos últimas décadas. Miles de ciudadanos recorrieron la capital reclamando la autonomía para el Reino de León y no estuvieron solos. Gentes llegadas de Salamanca y Zamora arroparon la convocatoria e hicieron suyo el grito de «autonomía para el Reino de León».

Bajo el paraguas del colectivo Ciudadanos del Reino de León se dio cita una multitud que atendió la llamada de la organización que quería batir un récord y demostrar que el sentimiento leonesista ha renacido y quiere volver a tomar la calle.

La organización cifra en 14.000 los asistentes mientras que la Policía Nacional y la Local rebajan la participación hasta las 7.000 personas. La cifra real, según los observadores, fue de más de 10.000 personas. Todos ellos marcharon tras una inmensa bandera de León que portaban ocho niños y una pancarta en la que se leía: «Reino Leonés Autónomo. Salamanca, Zamora y León. Región histórica y constitucional».

Arrogándose las palabras de Martin Luther King «anoche tuve un sueño» el manifiesto recurrió al paisaje onírico de un León levantándose como hace 20 años, desempolvando pancartas y echándose a la calle «para empezar de nuevo una lucha que nunca se debió abandonar» y unidos reclamar la autonomía leonesa. En ese sueño los políticos caminaban unidos dejando a un lado ideologías y siglas, los jóvenes recuperaban el valor de hace 24 años y hasta el presidente del Gobierno «escuchaba el clamor de su pueblo».

Pero los convocantes de la marcha de ayer no desean dejar el futuro en manos de los sueños y por eso clamaron por seguir luchando para conseguir la autonomía y lanzaron un aviso para navegantes: la tenacidad de los leoneses sumada a su tradicional testarudez auguran el éxito. «Será entonces y sólo entonces cuando las gárgolas de la pobre Catedral de León dejen de suicidarse», concluyó el manifiesto leído ante miles de ciudadanos en la plaza de la Inmaculada, donde concluyó la marcha iniciada hora y media antes en Guzmán y que rodeó todo el centro urbano de la capital.

Para lograr la asistencia masiva de ayer se conjuraron dos elementos. Por un lado el día veraniego que invitaba a salir a la calle y en segundo lugar que la convocatoria no partía de ningún partido político, sino que era propiciado desde un movimiento social que ya ha realizado otras dos marchas similares con éxito.

Había un tercer motivo al que casi nadie quería aludir y es que 24 horas después se celebraba la fiesta de Villalar, una conmemoración de la que todos reniegan porque consideran impuesta y la tachan de vergonzosa.

Pese a que ninguna sigla amparaba la manifestación la UPL, desde el primer día, no sólo dio su respaldo sino que puso toda su maquinaria en marcha y movilizó a su militancia para que ayer saliera a la calle y reclamara, firme pero con aire festivo, la autonomía para el Reino de León. Junto a ellos también estuvieron representantes del Prepal.

Para que la marcha no estuviera politizada los dirigentes de la UPL no encabezaron la movilización, sino que iban metros atrás con su propia pancarta. Al frente de ella, el secretario general de los leonesistas, Joaquín Otero, junto a los concejales en el Ayuntamiento de León, Javier Chamorro, Gema Cabezas y Alejandro Valderas, el secretario general de Conceyu Xoven, Abel Pardo, el portavoz de la UPL en la Diputación, Luis Herrero Rubinat, y responsables de la formación en Salamanca y Zamora.

Todos ellos marcharon bajo un mar de banderas de León que tiñeron de granate la mañana de la capital. En ese panorama colorista también ha colaborado la UPL, que desde hace un mes vende banderas leonesas a 2 euros para lograr que en cualquier concentración, sea del motivo que sea, el granate sea el color que identifique a la ciudad.

La organización no ocultaba la satisfacción que le producía ver aquel mar de banderas cantando, gritando, sentándose y clamando por el derecho del Reino a ser autonomía y desvincularse de Castilla. Para que no quedaran dudas el portavoz de Ciudadanos del Reino de León, Félix Pérez Echevarría, recordó que «los leoneses somos españoles no rompemos España, lo único que queremos es una división administrativa para el Reino de León en igualdad de condiciones que otras autonomías, somos españoles de segunda y queremos ser de primera», dijo.

Apuntalando aún más sus palabras insistió que sus reivindicaciones de autonomía para León «no son sólo por una cuestión económica», si no que es también «una cuestión de identidad» ya que, aseguró «sentimos atacada nuestra cultura, nuestra historia, nuestra lengua y nuestras tradiciones".

Fuente: La Crónica de León

El ave enseña sus entrañas


Son gusanos gigantes de más de doscientos metros de largo que se comen montañas. Pajares es el último gran macizo que la línea de alta velocidad Madrid-Gijón tendrá que atravesar. Pero mientras las máquinas avanzan lentamente por el interior de la Cordillera, otras tuneladoras devoran montañas a lo largo de la línea.

La empresa de origen asturiano Tapusa, que ha sido la responsable de varias obras en la Autovía del Cantábrico, es la encargada de hacer los túneles de San Pedro, entre Colmenar Viejo y Soto del Real, en Madrid, de la línea a Valladolid. La perforación de los túneles, de 8,5 kilómetros de largo cada uno, acaba de finalizar y la máquina se para.

La tuneladora de San Pedro es de escudo simple, a diferencia de sus hermanas de la Variante de Pajares y la M-30, que a medida que se excava se puede ver el terreno y en función de las características del mismo se coloca un tipo de sostenimiento más ligero o más pesado.

Entre veinticinco y treinta personas han estado dirigiendo durante más tres años al gigante de metal. Además del conductor están los electricistas, mecánicos, soldadores, perforistas... Todos ellos son los encargados de hacer que el ingenio funcione. Pero las dimensiones de la obra -se han excavado más de tres millones y medio de metros cúbicos- han movilizado, cuando la tuneladora se encontraba a pleno rendimiento, a más de 500 trabajadores.

Las tuneladoras del Pajares, por el lado asturiano, están encontrando problemas en el terreno, y en el cerro de San Pedro ocurrió algo similar. Por ello, y teniendo en cuenta que el compromiso del Ministerio de Fomento es que la línea hasta Valladolid entre en funcionamiento en diciembre de este año, la tuneladora recibió ayuda.

Se abrieron varios frentes a lo largo de los túneles empleando el método austriaco de construcción de túneles, es decir, mediante voladuras de cargas explosivas dispuestas a lo largo del frente de excavación.

La operación es sencilla. Se vuela y, tras haber ventilado el túnel, se retiran los escombros con maquinaria pesada, se sostiene la zona abierta y se procede a plantear una nueva voladura. Así, se ha conseguido que el 13 de marzo tuviera lugar la última voladura que acabó de perforar los túneles. Ahora queda poco más de medio año de plazo para terminar la obra, y la actividad en el cerro de San Pedro no para nunca.

Se trabaja 24 horas al día en turnos que se suceden durante los siete días de la semana. Con este rimo frenético la producción diaria es de más de 1.500 metros cúbicos de hormigón. Sólo para el revestimiento de cada túnel se necesita bombear más de 150.000 metros cúbicos de hormigón. Todo para que, cuando el tren de alta velocidad cruce el cerro, el viaje en tren de Madrid a Asturias se vea reducido una hora y media.

Fuente: LNE

domingo, 22 de abril de 2007

Concha Casado sigue investigando sobre el pasado de Leon


Concha Casado Lobato (León, 1920), etnógrafa, filóloga, investigadora, intelectual, autora de innumerables publicaciones e impulsora de museos es, sobre todo, conocedora, defensora, conservadora y divulgadora de la cultura y las tradiciones de su tierra.

Mucho le debe la provincia a esta mujer que dedica su empeño y entusiasmo a profundizar en los legados del pasado para procurar que tengan futuro en un mundo en el que prima lo inmediato y casi todo tiene fecha de caducidad.

La agenda de trabajo de Concha Lobato está repleta. A sus 86 años mantiene una actividad intensa en la que se combinan las publicaciones, proyectos culturales, su tarea como comisionada de Patrimonio de la Junta y patrona de la Fundación Hullera Vasco-Leonesa y la organización de ciclos, charlas y exposiciones. Destaca con rotundidad que quiere ocupar «lo que me quede de vida» en tres proyectos concretos, fiel reflejo de su trayectoria e inagotable dedicación al patrimonio leonés.

Una de sus mayores aspiraciones es que La Cabrera conserve su arquitectura tradicional «tan enraizada en el paisaje. Que se valore y restaure cuidadosamente. Sobre todo dos pueblos: Villar del Monte y Forna, donde ya se ha iniciado y la Junta, el director general de Patrimonio, se ha interesado por ello. Pienso que si seguimos cinco o seis años le daremos un buen empujón a eso.

Quiero ver todo el confort del mundo pero conservando las tipologías y los materiales tradicionales», explica. También tiene como prioridades el futuro del taller astorgano de alfombras y tapices artesanales de los hermanos Nistal y que no dejemos que desaparezca la fábrica de curtidos de Santa María del Páramo.

El esqui puede revitalizar la montaña de Leon


La construcción y puesta en marcha de la estación de esquí de San Glorio resulta en estos momentos fundamental para revitalizar la Montaña Oriental leonesa. Es más, en opinión de quienes aún viven en la zona, el proyecto es la última esperanza de futuro para la comarca porque los pueblos se mueren, y lo hacen a pasos agigantados.
La despoblación es el factor dominante.

Hay pueblos como el de Llánaves en el que el único establecimiento hostelero abierto al público emplea a más personas de las que en invierno habitan la localidad. En otros lugares pintorescos como Besande, la última localidad del término municipal de Boca de Huérgano y el más cercano a la montaña palentina, el número de vecinos se cuenta con los dedos de una mano.

La población en la Montaña Oriental está envejecida. Los porcentajes de mayores de 65 años son los más elevados de la provincia. Los jóvenes han emigrado en busca de sustento a otras comarcas y, con ellos, los niños, lo que ha provocado que a lo largo de las dos últimas décadas se cierre la mayor parte de las escuelas del entorno; es decir, «el futuro de los pueblos, porque sin niños se acaban abandonando…».

Así lo denuncian los lugareños, hastiados de ver cómo día tras día esta comarca leonesa va cayendo en el olvido. Algo que para las gentes de la comarca «no habría ocurrido de haber estado ya San Glorio hace años en funcionamiento», comentan.

Los habitantes de la zona tampoco disponen de los servicios básicos que contribuyen, en otros lugares, a asentar población. Riaño y Boca de Huérgano aglutinan la mayor parte de estos recursos, pero tampoco disponen de todos los que serían necesarios.

Por poner un ejemplo claro, los escasos jóvenes, menores de 40 años, que aún habitan los pueblos de la Montaña Oriental tienen que desplazarse hasta Riaño para tareas tan habituales en otros lugares como retirar dinero de un cajero automático o realizar cualquier tipo de gestión en una entidad bancaria.

Toda la comarca depende además del centro de salud de Riaño, que también se queda «pequeño» para atender a tanta población, para cualquier situación médica, bien sea cotidiana o de emergencia. Los traslados al ambulatorio en esta zona suponen un auténtico «suplicio» para muchos vecinos porque, al ser mayoritariamente personas de avanzada edad, no todos disponen de un vehículo para poder desplazarse con facilidad. Este hecho afecta también al resto de las tareas ordinarias del día a día. «Seguro que si se hace la estación se pondrán más consultorios en la zona y aumentarían los servicios en toda la comarca, y esto nos beneficiaría a todos», auguran.

Las comunicaciones por carretera, sobre todo en una zona de montaña como ésta en la que las condiciones climáticas en invierno empeoran considerablemente los traslados, es otra de las desventajas a los que se enfrentan habitualmente quienes residen en esta comarca.

Ejemplos como todos los anteriores son cotidianos en la Montaña Oriental leonesa y, a pesar de que las gentes están «acostumbradas» a soportar tantos y tantos inconvenientes, la demanda de atención, a la que se hace oídos sordos de forma general por parte de todas las administraciones, es una realidad que podría verse satisfecha con la puesta en marcha de la estación invernal de San Glorio.

Los vecinos están convencidos de que con la llegada de turistas por el complejo invernal la comarca va a repoblarse, que se van a generar, como es lógico por otra parte, nuevos servicios, que se mejorarán los accesos a la montaña, que se asentará población porque el empleo que se avanza con la puesta en marcha de la estación permitirá a muchos jóvenes regresar a su lugar de origen.

Fuente: La Crónica de León