domingo, 8 de abril de 2007

EL LEONES RESURGE DE SUS CENIZAS


Desde que en el año 974 un monje del monasterio de Rozuela, (León) escribiera el documento 'Nodicia de Kesos' en el que relata una lista de quesos en lengua romance, hasta la actualidad, el leonés ha ido adaptándose a los tiempos y compartiendo vocablos con el castellano. Su supervivencia está ampliamente ligada a los avatares y pugnas del antiguo Reino de León.

A partir del siglo IX, aparecen en las crónicas árabes y europeas las primeras alusiones al espacio leonés como entidad relevante e incluso como «imperio».

Este reino cristiano ha pasado a la historia como el creador del primer parlamentarismo medieval. Fruto de la historia del Reino de León, nacieron otros dos reinos, el de Castilla y el de Portugal. En los inicios del siglo XXI, tras centenares de años de historia, el asturleonés sigue hablándose. Prácticamente en toda la región de Asturias, el norte y oeste de la provincia de León, el noroeste de la provincia de Zamora, y la comarca portuguesa de Miranda do Douro son los espacios donde aún hoy existen hablantes tradicionales.

En todo este territorio hace tiempo que se inició un proceso de reivindicación de la lengua leonesa. Una tarea que se lleva a cabo en distintas velocidades puesto que en cada lugar no presenta los mismos niveles de sensibilización y de concienciación. Desde el día 17 de septiembre de l998, y por acuerdo unánime del Parlamento portugués, la lengua asturleonesa es junto al portugués, lengua oficial de los ayuntamientos de Miranda do Douro y Vimioso.

El filólogo e investigador Ramón Menéndez Pidal publicó en 1906 en la Revista de Archivos y Bibliotecas el artículo 'El dialecto leonés', en el que incluía una visión de conjunto sobre las peculiaridades lingüísticas de diversos territorios que habían pertenecido al Reino de León. En aquel momento, Menéndez Pidal constató como la antigua lengua de la administración y el estado medieval leonés se conservaba en muy buen estado en su parte noroccidental, aquella en la que se formó, mientras en las zonas más sureñas el habla estaba en franco retroceso o había desaparecido. Por tanto el leonés occidental se considera como base en relación al resto de variaciones.

Destacan diversos dialectos locales, como el cepedanu en la comarca de La Cepeda, el senabrés en Sanabria, el paluezu, variante del asturiano occidental hablado en las comarcas de Babia y Laciana. Los rasgos principales que lo hacen diferente al castellano afectan a las vocal finales que se cierra en 'u' y la 'e' en 'i' y al diptongo 'ie'.

A principios del siglo XX, según diversos estudios de la época, el 80 por ciento de la población de la provincia habla leonés. Con el paso de los años y la escolarización obligatoria sufre un retroceso que lo relega a las zonas de montaña en las que la alfabetización en castellano no había llegado todavía. Las estimaciones actuales más halagüeñas señalan que entorno a 55.000 personas distribuidas por las provincias de León, Zamora y Salamanca usan habitualmente vocablos pertenecientes a dialecto leonés.

La Diputación de León a través del Instituto Leonés de Cultura suscribió hace tres años un convenio de colaboración con la Asociación Cultural El Fueyu por valor de 18.000 euros para impartir en siete cabeceras comarcales de la provincia el leonés. Los profesores son doctores y licenciados en Filología que han obtenido el título de Monitor en Lengua Leonesa que otorga la Universidad de León (ULE).

En muchas ocasiones se considera una lengua de segunda división, un dialecto sin literatura, paleto y absurdo. Sin embargo existen numerosos ejemplos a partir del siglo XVII de literatura en esta lengua.

El leonés es para la catedrática de Lengua española de la Universidad de León, Jeannick Le Men, «un museo de palabras, muchas están en uso y otras se han perdido a medida que desaparecen los objetos a los que daban nombre». Trabaja desde el año 1991 en la recopilación de los vocablos del leonés. Tres volúmenes ya han sido publicados que recogen las palabras leonesas desde la A hasta la F.

Unas 30.000 palabras espera tener recopiladas cuando termine de elaborar el 'Léxico de Leonés Actual', que en un plazo de dos o tres años publicará de nuevo. En cada palabra se establece información etimológica, sobre las variantes, sobre la localización y su documentación. Además se establece una referencia al Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.

«Me ocupo de recopilar lo que ha sido un tesoro histórico», dice. Para llevar a cabo su tarea, según explica, reunió la bibliografía existente de la biblioteca del Departamento de Filología Hispánica de la Universidad de León. También revisó todas las revistas existentes en la Biblioteca Domínguez Berrueta, dependiente de la Diputación de León e incluso llegó a leer novelas que se ambientaban en zonas dialectales del leonés.

El repertorio de términos está basado en una recopilación exhaustiva de las voces incluidas en todos los estudio lexicográficos, publicados e inéditos, sobre la provincia de León. «Cuando lo comencé, no existían ni diccionarios, ni trabajos de recapitulación de las monografías locales, de los numerosos vocabularios, grandes y pequeños, publicados en diversas revistas o, incluso , en obras de carácter no específicamente lexicográfico ni lingüístico y, por ello precisamente, de difícil acceso», señaló Le Men.

Desde entonces se han publicado dos trabajos de ese tipo, el 'Diccionario de las hablas leonesas (León, Zamora y Salamanca)' de Eugenio Miguélez Rodríguez (1993) y el 'Léxico leonés' de Díez Suárez (1994).

Además existen otras investigaciones de este tipo en la Universidad de León, como la que dirige el catedrático de Latín medieval, Maurilio Pérez, quién intenta documentar todos los términos que se utilizaban en el Reino de León entre el siglo VIII y el año 1230 cuando se anexiona al Reino de Castilla. Aseguró que su trabajo es lingüístico e histórico y en ningún caso político.

Por ello apoya cualquier iniciativa que pretenda conservar las palabras que todavía existen pero en ningún caso afirma, reavivar una lengua que «ya no utilizamos».

Fuente: La Crónica de León

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