jueves, 1 de marzo de 2007

La falta de infraestructura ahuyenta el turismo de Picos en la parte leonesa


La vertiente leonesa del Parque Nacional de los Picos de Europa es la que menos afluencia de visitantes recibe a lo largo del año, de hecho, en 2006 tan sólo el 8% de los turistas que llegaron a este espacio protegido lo hicieron por León. Las causas que justifican este dato son muy claras: la escasez de inversiones en la zona por parte del organismo responsable de la gestión del espacio protegido, el Ministerio de Medio Ambiente; y la ausencia absoluta de infraestructuras que deriva en la forma más idónea de «ahuyentar» al turismo sin poder explotar el destacado atractivo del entorno.
A la hora de analizar los aspectos que impiden el desarrollo de esta zona de Picos, paradójicamente la que más superficie aporta al Parque Nacional, lo más coherente es realizar una comparativa con las otras dos Comunidades Autónomas –Asturias y Cantabria– que, en menor medida, forman parte del mismo territorio y que cuentan, en detrimento de la vertiente leonesa, con una excelente promoción y señalización del paraje natural, con unos accesos dignos de un espacio protegido, con infraestructuras turísticas y con puntos de información para los visitantes, un conjunto de aportaciones de las cuales, hasta el momento, no ha sido merecedora la parte leonesa de los Picos de Europa.

Mal pueden llegar aquí los turistas, si la zona leonesa apenas se promociona. Mientras que Asturias y Cantabria publicitan en televisión sus respectivas Autonomías, incluyendo entre las imágenes más representativas de su territorio las de Picos de Europa y durante más de un minuto –contado–, la principal promoción de Castilla y León son las «iglesias, museos y catedrales», según los propios alcaldes leoneses de Picos, dedicando apenas un fotograma al parque natural.

Quienes pese a la escasa promoción, se animan a visitar esta vertiente se merecerían además un premio a su constancia ya que la señalización del Parque no aparece por ningún sitio hasta el mismo límite. No así en las comunidades vecinas donde se anuncian los accesos a Picos desde la propia autovía del Cantábrico, a unos 70 kilómetros del Parque en Unquera (Cantabria) y a más de 25 en Ribadesella (Asturias).

Acceder hasta la vertiente leonesa de Picos, además de difícil por la propia localización, tampoco resulta sencillo para aquellos faltos de paciencia. Las carreteras son pésimas tanto en las entradas por Panderrueda y Pandetrave a Posada de Valdeón como por el puerto del Pontón o Los Beyos hasta Sajambre, mientras que los vecinos asturianos y cántabros gozan de vías y autovías en perfectas condiciones, tanto en los accesos a Los Lagos, como en Poncebos o Potes.

Tampoco lo tienen fácil los turistas que llegan a Picos por León porque no disponen de ningún tipo de infraestructura turística que les haga más entretenida la estancia. Aquí no hay centros de interpretación como en Asturias (Buferrera) y Cantabria (Tama). Tampoco en Posada y Oseja se han construido zonas de aparcamientos, ni disuasorios ni de otro tipo como sí los hay en Cangas y en Fuente Dé, por poner algunos ejemplos.

La oferta hostelera sí que es importante en la zona leonesa de Picos. En Posada se contabilizan 591 camas y unos 15 restaurantes y casas de comidas. En Oseja están a disposición del turista 70 camas y tres restaurantes con los mejores platos típicos de la zona. Sin embargo, la mayor parte de estos establecimientos, que curiosamente viven del turismo, se ven obligados a cerrar de diciembre hasta abril porque los negocios no resultan rentables al escasear las visitas.

Por supuesto, esto no ocurre en Asturias y Cantabria. Allí los establecimientos permanecen abiertos al público todo el año ya que la oferta turística es más que importante. Con estas expectativas, a León solo le queda seguir recogiendo «migajas» o plantarse y exigir enérgicamente lo que sus vecinos tienen desde hace años.

Fuente: La Crónica de León

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