sábado, 3 de marzo de 2007

El circo romano de Leon era mas grande que la actual plaza Mayor


Las catas arqueológicas en la excavación de Cascalerías están a punto de terminar. Entre las conclusiones a que se ha llegado está la superficie del anfiteatro. El circo romano debió tener una dimensión de más de tres mil metros cuadrados, con lo que fue más grande que la actual Plaza Mayor (que apenas llega a los 2.500 metros cuadrados).

Hay que tener en cuenta que estos recintos debían ofrecer la posibilidad de albergar a todos los integrantes de la legión, que ascendían a no menos de cinco mil soldados. Asimismo, se cree que el anfiteatro no tenía menos de quince alturas de graderío, con lo que realmente habría tenido capacidad para cinco o seis mil espectadores. Con todo ello, queda demostrado que, a pesar de las reticencias iniciales, esta infraestructura de la Legio VII fue una de las mayores de las construidas en Hispania, lo que viene a certificar la importancia del campamento y su función clave para Roma. Es decir, no era, como algunos dijeron hace dos años, un anfiteatro de pueblo.

Y es que a pesar de tratarse de un anfiteatro militar, en él se realizaban también espectáculos para civiles. Había dos tipos de juegos: los ludus gladiatoria y los venationis (entre animales). Cabe destacar que en las catas realizadas en Botines se descubrió la tibia de un oso y en Astorga se hallaron los huesos de sendos dromedarios. Además, este enclave se utilizaba asimismo como enclave para los desfiles y exhibiciones militares.

En este sentido, y a la luz de los descubrimientos acaecidos en otros yacimientos europeos, el lugar que ahora mismo ocupa la Plaza Mayor podría haber servido como campo de parada para los desfiles legionarios que desembocarían en el anfiteatro.

Otro de los hallazgos es el hecho de que el anfiteatro tuvo varias fases constructivas y podría haberse comenzado a levantar en el siglo I, prolongándose las obras durante algo más de un siglo. Fue en el II d.C cuando se construyó un segundo muro con el fin de sostener la estructura, que tendría problemas de estabilidad.

A finales del siglo III y principios del IV, los muros del circo comenzaron a ser utilizados para sillares de la muralla. Además, se cree que los habitantes de la cannaba pudieron utilizarlo para habitar en su interior al igual que ocurrió en el caso de las viviendas que muchos siglos después se adosaron a la muralla.

Lo que también parece demostrado es el hecho de que el anfiteatro estaba abovedado y que las gradas se construyeron en madera. Secreto bajo la arena

En las catas se han descubierto decenas de objetos, principalmente cerámica y terra sigillata. Sin embargo, no se han encontrado elementos militares o monedas como ocurrió en otras excavaciones de la ciudad.

La razón podría buscarse en el hecho de que la arena, el lugar donde se desarrollaban los desfiles, ejercicios militares y combates de gladiadores, está situada en el enclave actual de la calle. Este lugar guarda muchos secretos que, al menos de momento, no se podrán desvelar, como la posibilidad de que el leonés tuviera, como el Coliseo, la estructura escondiera elevadores ocultos y escotillones para que las fieras y los hombres aparecieran desde debajo del suelo. Veremos.

Fuente: Diario de León

viernes, 2 de marzo de 2007

A Greenpace no le gusta el trazado de la linea Lada-Velilla


El presidente de Geenpeace en España, José Luis García, señaló ayer en La Robla que el paso de una línea eléctrica por un corredor nombrado por la Unesco como 'Reserva de la Biosfera', como es el caso del municipio de Pola de Gordón, era una «actitud intolerable». Admitió que aunque no tenía datos concretos sobre este proyecto, «creo que afectando a zonas naturales de estas características es claramente denunciable».

Estas manifestaciones fueron realizadas en la Casa de Cultura durante la I Jornadas del Voluntariado en el Ámbito Escolar 'Juventud y Voluntariado en el siglo XXI' del Instituto Ramiro II. En ellas ha participado el Ayuntamiento de La Robla con presencia del alcalde, Luis García Fernández, la Diputación de León que la representó el diputado y alcalde de Pola, Francisco Castañón y cuya organización ha partido del centro educativo Ramiro II, donde se celebran las jornadas.

También participaron en este encuentro solidario, la coordinadora provincial de Manos Unidas, Maite Robles, el responsable de educación de Amnistía Internacional en Castilla y León, Julio Ferreras, el creador de la 'Ciudad de los Muchachos' Alberto Muñiz, la coordinadora provincial de Cruz Roja, Eva María Fernández y un voluntario de la recientemente creada Unidad de Respiro de La Robla, Severiano Galleguillos.

Tras este acto, se escenificó una representación teatral con el título "Una llamada a la esperanza" por alumnos del Instituto. Finalmente, se entregó a la Coordinadora de Manos Unidas, Maíte Robles, de un cheque con el dinero recaudado durante el curso pasado por toda la comunidad educativa del IES Ramiro II, para la colaboración del proyecto solidario de construcción de una escuela en la República Democrática del Congo

El alcalde de La Robla, Luis García Fernández, elogió no solo la actitud de los voluntarios y de estas asociaciones que «se vuelcan en la ayuda de los demás» sino también a la comunidad educativa del centro educativo roblano por su «desinterés y puesta en marcha de un proyecto tan loable».

Fuente: La Crónica de León

jueves, 1 de marzo de 2007

Un libro sobre transhumancia y vivencias de los pastores


«Sabía que en El Corte Inglés hay de todo, pero nunca imagine que también tuvieran chozo». Estas palabras de nuestro compañero Fulgencio Fernández podrían ser el ejemplo del ambiente distendido y diferente que reinó ayer en estos grandes almacenes para la presentación del último trabajo de Manuel Rodríguez Pascual sobre la trashumancia, materia en la que seguramente es el mayor experto en la actualidad. Se trata del precioso volumen titulado 'Trashumancia. Paisajes, vivencias y sensaciones', un trabajo de tono poético con excelentes fotografías que viene a completar su anterior libro, 'La Trashumancia: Cultura, Cañadas y Viajes'.
Breves intervenciones de los numerosos participantes en la hila pastoril le dieron un tono ágil y distendido que arrancó un toque de turullo a cargo de un viejo pastor, Benigno Cañón, de Cubillas de Arbas. No faltó la música tradicional de los pastores, que la puso Miguel Ángel García, que una vez más mostró su maestría con el rabel y su excelente voz. Los momentos más emotivos los protagonizaron, sin duda, los tres pastores que se sumaron a la hila para contar sus experiencias: Perfecto Barriada, de Torrebarrio de Arriba; Abel Fernández, de Viadangos de Arbas, aún en activo y Santos Pérez, de Posada de Valdeón, que fue pastor durante varios años en Estados Unidos. Recordó este último cómo llegó a aquel lejano país con un papel en el que llevaba el nombre de unos parientes, nada más, «y gracias a una amable azafata que hablaba español los encontramos».

Abel reivindicó su oficio de pastor, del que se siente orgulloso, y un respeto para sus rebaños cuando recorren el país haciendo la trashumancia y Barriada acercó la voz de una saga de pastores, de sus vivencias y recuerdos.

Julia Vicente recitó algunos poemas del libro, uno de Julio Llamazares y otro de Ángel Fierro, y junto a ella fueron interviniendo Pedro Trapiello, Manuel Rodríguez Pascual, Eleuterio Prado (Teyo), Fernando Fernández, Fulgencio Fernández y Juan Manuel García Bartolomé, representante del Ministerio de Agricultura, que colaboró en la edición del libro.

Todos quisieron agradecer el trabajo de Manuel Rodríguez Pascual, el hombre que sacó a los pastores de su silencio y reivindicó la figura del pastor, «hasta el punto que ya he encontrado hasta cierto orgullo de serlo en pastores y en descendientes suyos», reconoció el autor.

Pedro Trapiello tuvo un recuerdo para la figura de la mujer en el mundo del pastoreo y la trashumancia; Eleuterio Prado revivió algunas de sus vivencias infantiles de motril en Prioro y leyó algunos poemas del libro; Fulgencio Fernández ilustró a través de anécdotas algunas de las características de estas gentes, como su espíritu independiente y observador, su verdadero ecologismo y su inexplicable condición de eternos olvidados hombres sin voz. El editor y fotógrafo, Fernando Fernández, mostró su satisfacción por haber podido sacar adelante este precioso volumen, cuyo gancho abarrotó ayer el salón de El Corte Inglés.

Fuente: La Crónica de León

La falta de infraestructura ahuyenta el turismo de Picos en la parte leonesa


La vertiente leonesa del Parque Nacional de los Picos de Europa es la que menos afluencia de visitantes recibe a lo largo del año, de hecho, en 2006 tan sólo el 8% de los turistas que llegaron a este espacio protegido lo hicieron por León. Las causas que justifican este dato son muy claras: la escasez de inversiones en la zona por parte del organismo responsable de la gestión del espacio protegido, el Ministerio de Medio Ambiente; y la ausencia absoluta de infraestructuras que deriva en la forma más idónea de «ahuyentar» al turismo sin poder explotar el destacado atractivo del entorno.
A la hora de analizar los aspectos que impiden el desarrollo de esta zona de Picos, paradójicamente la que más superficie aporta al Parque Nacional, lo más coherente es realizar una comparativa con las otras dos Comunidades Autónomas –Asturias y Cantabria– que, en menor medida, forman parte del mismo territorio y que cuentan, en detrimento de la vertiente leonesa, con una excelente promoción y señalización del paraje natural, con unos accesos dignos de un espacio protegido, con infraestructuras turísticas y con puntos de información para los visitantes, un conjunto de aportaciones de las cuales, hasta el momento, no ha sido merecedora la parte leonesa de los Picos de Europa.

Mal pueden llegar aquí los turistas, si la zona leonesa apenas se promociona. Mientras que Asturias y Cantabria publicitan en televisión sus respectivas Autonomías, incluyendo entre las imágenes más representativas de su territorio las de Picos de Europa y durante más de un minuto –contado–, la principal promoción de Castilla y León son las «iglesias, museos y catedrales», según los propios alcaldes leoneses de Picos, dedicando apenas un fotograma al parque natural.

Quienes pese a la escasa promoción, se animan a visitar esta vertiente se merecerían además un premio a su constancia ya que la señalización del Parque no aparece por ningún sitio hasta el mismo límite. No así en las comunidades vecinas donde se anuncian los accesos a Picos desde la propia autovía del Cantábrico, a unos 70 kilómetros del Parque en Unquera (Cantabria) y a más de 25 en Ribadesella (Asturias).

Acceder hasta la vertiente leonesa de Picos, además de difícil por la propia localización, tampoco resulta sencillo para aquellos faltos de paciencia. Las carreteras son pésimas tanto en las entradas por Panderrueda y Pandetrave a Posada de Valdeón como por el puerto del Pontón o Los Beyos hasta Sajambre, mientras que los vecinos asturianos y cántabros gozan de vías y autovías en perfectas condiciones, tanto en los accesos a Los Lagos, como en Poncebos o Potes.

Tampoco lo tienen fácil los turistas que llegan a Picos por León porque no disponen de ningún tipo de infraestructura turística que les haga más entretenida la estancia. Aquí no hay centros de interpretación como en Asturias (Buferrera) y Cantabria (Tama). Tampoco en Posada y Oseja se han construido zonas de aparcamientos, ni disuasorios ni de otro tipo como sí los hay en Cangas y en Fuente Dé, por poner algunos ejemplos.

La oferta hostelera sí que es importante en la zona leonesa de Picos. En Posada se contabilizan 591 camas y unos 15 restaurantes y casas de comidas. En Oseja están a disposición del turista 70 camas y tres restaurantes con los mejores platos típicos de la zona. Sin embargo, la mayor parte de estos establecimientos, que curiosamente viven del turismo, se ven obligados a cerrar de diciembre hasta abril porque los negocios no resultan rentables al escasear las visitas.

Por supuesto, esto no ocurre en Asturias y Cantabria. Allí los establecimientos permanecen abiertos al público todo el año ya que la oferta turística es más que importante. Con estas expectativas, a León solo le queda seguir recogiendo «migajas» o plantarse y exigir enérgicamente lo que sus vecinos tienen desde hace años.

Fuente: La Crónica de León