domingo, 8 de julio de 2007

Se recupera el legendario pozo Ibarra de Ciñera

El Pozo Ibarra de Ciñera de Gordón representa el tiempo de los grandes mineros, del trabajo profundo y expresa la virtud de los que conocían hasta los sonidos de la tierra, porque eran hombres apegados a un tiempo aún inexpresivo en los avances tecnológicos. Después de I1 años cerrada por su propietaria la Hullera Vasco Leonesa, el Ayuntamiento ha decidido emprender un proyecto ambicioso y crucial para poder protegerla y hacer de ella, un emblema dentro de la Historia de la minería en León.

Pero como todo plan que emerge de una construcción dañada y olvidada por el tiempo, la rehabilitación que conlleva poder rescatarla de ese olvido implica obligatoriamente invertir un destacado montante económico, que en este caso es evaluado en torno a los cuatro millones de euros. Por este motivo, por la necesidad de implicar a distintas Administraciones Públicas, es por lo que dentro del 1% cultural se pretende canalizar parte del coste.

El presidente del Instituto del Patrimonio Histórico Nacional visitó hace varios días estas instalaciones para comprobar las posibilidades que tenía esta mina y sus edificios. Según fuentes municipales le causó una importante impresión especialmente el castillete de hierro. Pero también observó con detenimiento la distribución de los edificios, su mantenimiento y como no, la privilegiada situación dentro de la montaña.

El pozo Ibarra es en la comarca un baluarte de sentimientos, por el que pasaron miles de personas. La intención es mantener cada una de las funciones de los inmuebles, tanto las del polvorín, almacén, taller o las propias duchas.

El alcalde de Pola de Gordón, Francisco Castañón, asegura que están «volcados» con el proyecto de la mina Ibarra y que «nuestro empeño ha de traducirse en una consecución lógica, teniendo en cuenta su singularidad».

Proteger este bien cultural es la singladura más destacada del actual equipo de gobierno. Bien es verdad que también tienen entre sus previsiones rehabilitar la sala de turbinas de Santa Lucía de Gordón. La pretensión es la de mantener no solo la infraestructura en si, si no también su maquinaria. En este caso el presupuesto se acerca a los dos millones de euros.

El presidente del Instituto del Patrimonio aprovechó su estancia en León para visitar la sala de turbinas de Santa Lucía, como nuevo objetivo que se disputan el apoyo del 1% cultural.

El Ayuntamiento de Gordón, sabedor que su objetivo principal es fortalecer el turismo, ha iniciado en esta legislatura una fuerte reconversión en su posición, impulsando varios proyectos de gran calado. Uno de ellos, es Ibarra. Esta mina cerrada en el año 1996 y cuyo proyecto actual data de 1930, está situada a unos 2,5 kilómetros de la localidad de Ciñera de Gordón. Su ubicación privilegiada la confiere una especial categoría, ya que se encuentra muy cerca del paraje del Faedo.

La mina Ibarra, como todo Gordón, forma parte de la Reserva de la Biosfera por la Unesco, algo realmente importante y destacable.

El concejal de Cultura, Juan José García Zaldívar, evidencia la «necesidad de conseguir ayudas» para poder ejercitar un proyecto «singular dentro de una parcela que no siempre se ha cuidado como es el patrimonio industrial».

Ese es el contexto bajo el cual se ha reafirmado el equipo de gobierno para el empeño tan importante desplegado para poder conseguir fondos que sufraguen las obras.

De momento, podría ser catalogado como buena perspectiva el que un alto cargo del Ministerio de Cultura haya visto 'in situ' la mina. La Junta de Castilla y León también deberá ser sensible al proyecto para poder aportar una parte importante. El tercer gesto económico correspondería al propio Ayuntamiento de Pola.

Fuente: La Crónica de León

En la historia de Gordón no se puede olvidar a las minas

La historia se escribe con mayúsculas cuando hay detrás de ella un inherente pasado o una huella indeleble que por diferentes motivos haya consagrado su nombre o prestigio. Sin lugar a dudas, para la comarca de la Montaña Central de León, lo constituye el legendario Pozo Ibarra (1930-1996).

En el archivo de la Sociedad Anónima Hullera Vasco Leonesa, uno de los más importantes de España, gestionado desde 1996 por la Fundación Hullera Vasco Leonesa, se puede estudiar el paso por el tiempo de la mina.

Francisco Miñón vendió su concesión a los socios de Hulleras de Ciñera, una sociedad que se constituye en Bruselas en 1900. Fueron varias las conversaciones que esta sociedad mantuvo con la Vasco para la venta de sus minas en el periodo que va de 1900 a1910. Las razones para la venta eras varias: Los pozos ocupaban concesiones limítrofes y se producía una constante intrusión de labores.

Para la Hullera, la mayor ventaja consistía en hacerse con la producción de carbón semigraso de la Capa Emilia. Sin embargo, no fue hasta el año 1910 cuando se produce un acuerdo sobre el precio. A partir de esa fecha las memorias de la empresa conducen a los datos en los que la mina es preparada con un pozo vertical maestro.

En la memoria del año 1919 ya habla de «determinar el mejor emplazamiento del pozo maestro de extracción». En 1926 se realiza la explanación para comenzar con el nuevo pozo entre otras razones porque «por encima del nivel 50, es ya muy limitado para asegurar la explotación». Es en el año 1930, cuando se concluye la profundización de los 150 metros proyectados y con ella, la imagen actual de las instalaciones. El castillete es obra de Construcciones Juliana de Gijón y ese mismo año se inaugura siendo su presidente Francisco de Ibarra.

Las instalaciones sufrieron durante la Guerra Civil desperfectos por diversas voladuras. El pozo quedó inundado y el castillete quedó unos diez grados fuera de su vertical. En la revista Hornaguera, narraba el ingeniero que recuperó el castillete en 1969, Cirilo de Asla: «Pedimos traviesas a la Renfe y cuatro gatos, levantando poco a poco, tomé medida para la estructura nueva de los pies de las columnas y el anclaje. Colocado el castillete en su sitio bien nivelado y en su plomo se echó a andar con todo el éxito».

La fiesta campestre de Faedo reune a 600 personas

El paraje del Faedo se ha convertido para los vecinos de Ciñera de Gordón en un auténtico 'santuario' natural donde se reúnen una vez al año, mediante esta fiesta popular, para la celebración de la época estival y quizá sobre todo, demandar la protección de uno de los lugares más bellos de la comarca. Desde hace varios años, desde la Junta Vecinal y la asociación Adelfa, quienes también organizan este acto, han trabajado para la conservación de caminos, puentes y diferentes zonas cuyas peculiaridades son ampliamente conocidas.

Más de 600 personas se dieron cita ayer en las campas habilitadas para esta fiesta, en la que se han instalado merenderos y zonas de ocio. El arroyo que pasa por el lugar indica la altitud en la que se encuentra la zona, siendo lugar de paso hacia el municipio Vegacervera.

Los actos de la fiesta campestre del Faedo se iniciaron con una misa en la boca mina construida para cobijar en ella a la virgen. Más tarde, se comenzó a preparar la comida asando seis corderos. Juegos, música, bollos preñaos y bailes típicos de la zona fueron algunas de las actividades que se llevaron a cabo en esta parte tan importante de la montaña de Gordón.

Fuente: La Crónica de León

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