domingo, 4 de marzo de 2007

El tren del chocolate llega a Astorga como en los viejos tiempos


La estación ferroviaria astorgana volvió ayer a tener un aire de mediados del siglo pasado, en el que las despedidas y llegadas de los trenes a los andenes se confundían con las voces femeninas que pregonaban mantecadas y chocolates de Astorga. Vendedoras ambulantes, que fueron desapareciendo al igual que se cerraban poco a poco las casi 50 fábricas de transformación de cacao que por entonces existían en la ciudad.

Poco después de las once y media de la mañana los humos y pitidos de la locomotora Mikado anunciaban la llegada del tren del chocolate que la vieja máquina de vapor traía a más de 300 viajeros de la capital de la provincia a la fiesta del chocolate en Astorga. Un tren que componían cinco vagones, atendidos por ocho ferroviarios de la Asociación de Amigos del Ferrocarril, capitaneados por el maquinista titular, Buenaventura Durruti. La partida, se anunciaba por los altavoces, sería a las siete de la tarde, tras comprobar las horas libres del trazado entre Astorga y León de los trenes regulares. Y es que ayer, la vieja Mikado se hacía por un día chocolatera por los cuatro costados, como más de una vez la llamaron durante su vida en activo.

Una vez parado en el andén el convoy, fueron muchos los viajeros y visitantes que quisieron fotografiarse a la vera de la locomotora, a la vez que los encargados del tren ayudaban a subir a algún curioso a visitar el interior de la Mikado, como parte rodante de un museo ferroviario, a pleno rendimiento.

Tanto durante el viaje, como a la llegada del convoy, las vendedoras, ataviadas con los sayos y pañolones negros que recordaban a aquellas vendedoras, daban las últimas voces de su ya escuálida mercancía, que habían ido repartiendo por el tren. Voces que se confundían con la flauta y el tamboril que tocaba Antonio Martínez, mientras un nutrido grupo de maragatos del grupo Danzas de Maragatería marcaban el compás con sus castañuelas, para dar la bienvenida a los viajeros de la Mikado, acompañados de muchos astorganos que a esa hora habían bajado a la estación, entre los que se encontraba el propio alcalde, Juan José Alonso Perandones.

Por el módico precio de seis euros, los viajeros que montaron en León una hora antes tenían derecho a una bolsa de recuerdo del Salón Internacional del Chocolate de Astorga (Sica 07), en la que había un pase gratuito para visitar el Museo del Chocolate, otro pase para degustar una mantecada con chocolate en cualquiera de los establecimientos de la ciudad que proponía la papeleta, un lápiz, una gorra y un bloc de notas.

Era el primer contingente de visitantes que a lo largo de toda la jornada abarrotaron, no solo la carpa del Salón Internacional del Chocolate de Astorga 07, sino la mayoría de las calles más céntricas de la ciudad bimilenaria. Visitantes que se interesaron por todo lo relacionado con el chocolate, catas programadas y un sin fin de atracciones que, paralelamente, han sido programadas con motivo de este Salón Internacional.

Astorga seguía ayer oliendo a vapores ferroviarios a la vera de la estación y de cacao en los entornos de la Plaza Mayor. Un chocolate que, casi sin entrar en la carpa del Sica 07, le ponían al visitante en la mano un vaso o un picatoste untado para tener ya el regusto constante, mientras se avanzaba lentamente por los pasillos de la muestra. A las siete de la tarde, la Mikado se recogió para León.

Fuente: La Crónica de León

No hay comentarios: