lunes, 16 de julio de 2007

Nunca es tarde para el amor

Los últimos datos del INE reflejan que León cuenta con una de las tasas más bajas de todo el país en matrimonios por cada mil habitantes, lo que demuestra que los leoneses y las leonesas no son muy dados a eso de prometerse amor eterno y además dejar constancia escrita y firmada de ello. Menos común es todavía que entre los que deciden lanzarse a la aventura del matrimonio haya una pareja en la que cada contrayente ronde los 80 años. Este es, precisamente, el caso de Ángel y Conchita.

Él 85 años, ella, por coquetería femenina, dice simplemente que «alguno menos». Ambos se darán el sí quiero dentro de seis días en la iglesia de San Pedro Advíncula del pueblo de Paradilla de la Sobarriba, en una ceremonia muy peculiar que se convertirá en todo un acontecimiento para la localidad.

Su historia de amor empieza hace poco más de un año gracias al teatro. Por entonces, Ángel empezó a acudir al Centro Social de Mariano Andrés con la intención de participar en alguna de las múltiples actividades que organizan para los mayores. Entre el yoga, el inglés, la gimnasia y un largo etcétera de posibilidades, Ángel escogió el teatro. Y allí, sobre las tablas del improvisado escenario del Centro Social conoció a Conchita. «Estábamos representando una obra de Alejandro Casona que se llama 'La falsa justicia del corregidor' y fue donde hablamos por primera vez. Luego representamos otra obra, que era una parodia de cuentos infantiles en la que yo hacía de príncipe y ella de princesa y allí ya hubo un mayor acercamiento aunque fuese en la ficción», explica el novio.

Sin embargo, en las semanas y meses siguientes tanto Conchita como Ángel dejaron la ficción a un lado y confiesan que empezaron a quedar después de las actividades del Centro Social. Largas conversaciones en las que se fueron conociendo, intercambiaron opiniones, experiencias, conocimientos y compartieron pasos de baile. En uno de esas veladas, ya con la primavera como telón de fondo, surgió el primer beso, que no hizo otra cosa mas que confirmar su noviazgo. «Yo pensaba que estos amores eran cosa de novela hasta que lo conocí a él», asegura Conchita.

Después de algún viaje juntos la relación se afianzó y el pasado mes de junio empezaron a plantearse la posibilidad del matrimonio, aunque tuvo que ser Ángel el que diera el paso adelante. «En eso soy muy clásica, me gusta que sea el hombre el que tome la iniciativa», confiesa Conchita. «Si alguna vez me caso sería contigo», le dijo hace poco más de un mes Ángel, que nunca antes se había planteado el matrimonio. La respuesta de Conchita, viuda desde hace 33 años, no se hizo esperar. «Él ya sabía que iba a decir inmediatamente que sí».

Desde ese momento todo han sido preparativos para que este próximo sábado día 21 todo salga perfecto. «Tenemos todo el apoyo de nuestras familias», dicen, y se muestran felices por culminar esta «locura de amor», como ellos la califican. Eso sí, un amor diferente a los de juventud, «más tranquilo», señalan, en el que valoran tener alguien con quien compartir vivencias y aprender algo nuevo cada día.

Ahora cuentan juntos las horas que les restan para subirse al altar y lo hacen mientras charlan sobre un libro, bailan o escuchan cualquier canción escrita por Rafael de León, una de sus pasiones. Una cuenta atrás que culminará el sábado, cuando seguro dirán eso de, ¡por fin nos casamos!

Fuente: La Crónica de León

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